martes, 22 de julio de 2014

Jornada - Tercero

El objetivo de las propuestas para tercero era profundizar sus conocimientos sobre los microcuentos. Las docentes responsables fueron Natalia (tutora) y Vanesa (biología), acompañadas por el preceptor Marcelo.
En un primer momento, se les propuso formar grupos de 5/7 personas y escribir microcuentos usando solamente palabras que empezaran con las iniciales de sus  nombres. Por ejemplo: Si el grupo hubiera estado integrado por Juan, María, Camila, Romina y Nahuel, la historia podría haber empezado así: “Mi muela rodó cuando mordí jamones, nunca más morderé cerdos…”. Aquí van dos relatos inventados por los chicos, un poco extraños:

El amigo (escrito por Agustín, Emilio, Micaela, Jose, Lorena, Santi y Mayra)
Salió el amigo a mirar las estrellas a medianoche. Jamás apareció el amigo en el lugar esperado.

El funeral (escrito por Alan, Francisco, Gabriel, Luciana, Milagros y Roger)
Antes moscas fucsias rondaban nutrias incas. Gordas y ridículas nunca llegaron al fantasioso funeral de la iguana loca. La foca intrusa apartó el auto marrón del garaje gris. Allí se armó la guerra de lechugas azules, gatos aburridos y ratas negras. Finalmente feas morsas muy rotas se incluyeron en la guerra, ganaron y se llevaron legumbres mugrientas de regalo.

Luego se les invitó a leer las siguientes microhistorias: 




Ellos debían seleccionar una y escribir, a partir de la misma, otro final. Aquí transcribo algunos de los resultados:

De Pequeños Cuerpos
Los niños entraron a la casa y destrozaron las jaulas. La mujer encontró los cuerpos muertos y enloqueció. Los pájaros no regresaron, luego de que el hombre disparó hacia los cuerpos de los niños, porque el susto fue muy grande.
La mujer empezó a gritar el nombre de los niños, después los alzó y corroboró que estaban muertos. En un suspiro dijo: "Esto no es verdad" y soltando los cuerpos fue a buscar al hombre dispuesta a matarlo. Lo encontró y lo arrastró hasta el lugar donde estaban los cuerpos. Pero al llegar allí descubrió que habían desaparecido.

De Sola y su Alma


Una mujer está sentada sola en su casa. Sabe que no hay nadie más en el mundo: todos los otros seres han muerto. 
Golpean la puerta. Ella duda y no sabe si abrir o solo esperar. Al cabo de unos minutos, toma coraje y se enfila hacia la puerta. Se sorprende mucho al ver que del otro lado del umbral se encuentra la nada misma. Piensa que tal vez el sonido fue el producto de su imaginación. Pero, al darse vuelta, su alma está ahí, contemplándola.
Al fin y al cabo comprende que en ese solitario lugar solo quedan ella y su alma y que lo único que la mantiene en pie son sus recuerdos. 

Jornada - Segundo


Aprovechando las vacaciones, sigo contando qué hicimos en la Jornada Escuela, Familia y Comunidad.

La actividad planificada para los chicos de segundo tenía el objetivo de profundizar sus conocimientos sobre el género narrativo. Las profes responsables de llevarlas a cabo fueron Ángela (TICs), Flavia (Matemáticas) y la preceptora Nancy. 
La primera propuesta se vinculaba a los cuentos maravillosos tradicionales. La idea era preguntar a los estudiantes (teniendo en cuenta que no asistieron sus padres) si conocían alguno de los cuentos recopilados por Perrault o los hermanos Grimm, a saber: Caperucita Roja, Blanca Nieves, Cenicienta, Pulgarcito, El gato con botas, etc. Si así era, pedirles que los cuenten; si no, contarles alguno. Lamentablemente no sé bien qué pasó, pues en la puesta en común se entretuvieron con la segunda propuesta. Luego, la idea era proyectar un fragmento del capítulo 4 del ciclo Había una vez del canal encuentro:


Y, acto seguido, leer dos mini nuevas versiones que, en su momento, circularon por Twiter:

La segunda propuesta fue que, en ronda, escribieran un cuento a partir de la fórmula de inicio: “Había una vez…”. La consigna era que cada estudiante agregara una palabra o frase al cuento, manteniendo el sentido y respetando la estructura narrativa típica: situación inicial – conflicto – desenlace. Estos fueron los resultados:

Los duendelfos
Había una vez un elfo que vivía en las tierras de Nagnia junto a su mujer duende y sus hijos duendelfos.
Ellos tenían un gran problema con los minotauros, que venían a asaltar las tierras a través de los portales de Magnun liberados por un malvado mago llamado, precisamente, Magnun. En medio del conflicto apareció Aslam con su ejército de trols para defender las tierras de Nagnia de los malvados minotauros.
Gracias a ellos, la familia vivió feliz y todos comieron perdices.

El perro Pocholo
Había un vez un perro llamado Pocholo que tenía unas orejas tan largas que no las podía tener firmes y se las pisaba cuando caminaba, sus dientes eran blancos y grandes.
Un día, salió a pasear pero los guardaperros lo cazaron, lo pusieron en una jaula de hierro y nadie lo quiso adoptar. Por eso los guardaperros lo querían matar. Lo estaban por matar cuando vino un niño que siempre lo saludaba a Pocholo. En el último momento, el niño lo sacó de la jaula y puso un muñeco parecido a Pocholo. Los guardaperros pensaban que era Pocholo y lo mataron. El niño y el perro escaparon y le dijeron a la policía que los guardaperros maltrataban a los animales si no los adoptaban. La policía arrestó a los guardaperros que nunca más volvieron a hacer eso. Y Pocholo vivió feliz con su nuevo dueño.

Fierita
Había una vez un mono llamado Fierita que vivía en un bosque. Él se alimentaba de frutas y hojas silvestres.
Una noche, un cazador vio a Fierita que dormía muy profundamente. El cazador lo atrapó muy rápidamente sin que Fierita se diera cuenta. Al día siguiente, cuando se despertó, Fierita vio que no estaba más en el bosque. Estaba en el zoológico llamado San Martín. 
Luego de haber explorado todo el zoológico, una noche, Fierita intentó escapar pero no pudo...
Luego de haber estado un tiempo en el zoológico, lo adoptó una pareja muy amable. Fierita quedó muy contento de haber encontrado una familia que lo cuide y le de de comer. Y vivió feliz por siempre.

El gato con hambre
Había una vez un ratón que comía la mortadela que robaba a su enemigo el gato llamado Estrellita.
Un día, el gato lo descubrió abriendo su heladera y le preguntó:
- ¿Qué tenés en la mano?
El ratón muy asustado le respondió:
- ¡Nada! - y salió corriendo muy apurado.
El gato lo siguió y esperó que saliera de su cueva con una sartén. El ratón iba caminando muy lentamente mientras el gato lo observaba detrás de la heladera hasta que, por fin, lo pudo atrapar.
Después de varios días de tenerlo atrapado, a Estrellita le dio hambre y se comió el ratón.

Trilli
Había una vez un árbol con muchas raíces de distintos tamaños y formas. En una de ellas vivía un ser mágico llamado Trilli. Trilli era muy pequeño y pintoresco. Le gustaba salir afuera a mirar los colores del jardín donde vivía y juntar flores para poner en su casa.
Pero un día, Trilli juntó una flor venenosa y se murió. Tiempo después, donde había muerto Trilli, creció otra flor, tan hermosa como nadie nunca había visto.

Como los chicos de segundo son más grandes y valientes que los de primero, se animaron a participar en la puesta en común y, aunque no nos contaron sus hermosos cuentos, adornaron las paredes de la escuela con cinco afiches:


jueves, 19 de junio de 2014

Sonatina

Realmente no sé si todos podrán reconocer los versos de las poesías originales con los cuales trabajaron los niños de primero. Por las dudas subo este bello video producido por el canal Encuentro sobre el conocido poema Sonatina, de Rubén Darío:


miércoles, 18 de junio de 2014

Jornada Escuela, Familias y Comunidad - Primero

Hoy, finalmente, después de re-programarla y re-programarla, salió la Jornada Escuela, Familias y Comunidad (organizadas por el estado en torno a las prácticas de lectura). Lamentamos la ausencia de las familias, pero felicitamos desde ya por su participación y entusiasmo a los alumnos.

Dividimos las actividades por año, y a los más chiquitos les tocó poesía. La idea era que, a partir de versos de poemas conocidos, construyeran en grupo su propia poesía y, luego, la transformaran en caligramas. Por si no saben, los caligramas son textos que están a mitad de camino entre la poesía y el dibujo, ya que la línea de los versos va formando una imagen que mantiene alguna relación con el contenido del poema. Por ejemplo este de Juan José Tablada:
O este otro de Oliverio Girondo:
Bueno, los trabajos de los peques fueron los siguientes:

Palacio
La princesa está triste, la princesa está pálida
en la jaula de mármol del palacio real. 
Esa gaviota es tan inmensa en su vacío.
Puede la soledad 
y en la tarde madura tener alas ligeras.
En el palacio vigilan los guardias, que custodian
cien negros con cien alabardas...
¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
Bajo el cielo volar o perderse en el viento
sobre el trueno del mar.
La princesa ríe. La princesa no
siente. La princesa persigue por el cielo
de oriente...
Que ha perdido la risa
que ha perdido el color.
Alma ponte color naranja,
Alma ponte color de amor...
Pareja

Tus ojos son mi conjuro
tu boca es tuya y mía...
Te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro.
Si te quiero es porque sos mi amor
mi cómplice y mi todo
más brillante que el alma
más hermoso que abril.
Tu boca no se equivoca
sabe gritar rebeldía.
Te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia.

Soñamos juntos en la mañana viva
juntos despertamos
y en la tarde caída y en la tarde madura
contra la mala jornada
y en calle codo a codo
somos mucho mucho más que dos.
El tiempo hace o deshace
mientras tanto
juntos vivimos.
Por mi parte te ofrezco el paraíso
y mi eterno corazón.

Rostro

Alma, tus cejas son dos cuchillos
negros. Tus negras pestañas.
¡Oh visión adorada
de oro, rosa y marfil!
Más brillante que el alba,
más hermoso que abril.
Por mi parte te ofrezco
por una sonrisa, un cielo
y por tu rostro sincero
el paraíso.
¿Por un beso? Yo no sé
que te diera por un beso...
Todo lo has ganado
corazón.


Volando

Es tan inmensa...
Buscando su libertad
quiere ser golondrina
quiere ser mariposa
tener alas ligeras,
bajo el cielo volar.
O perderse en el viento
sobre el trueno del mar.
Tan habituada está a los arribos,
ir al sol por la escala luminosa
de un rayo,
saludar a los lirios
con los versos de mayo...
Por mi parte le ofrezco un detalle:
una ráfaga, este conjuro,
una fe contagiosa
en el augurio,
mi corazón y mi alma.


Jazmines

Tenerte a cada instante en la mañana viva
por una sonrisa, un cielo, 
y tu llanto por el mundo.
Yo no sé de la infancia
ni de mis sueños soñados juntos.
Puede la soledad más que un miedo luminoso.
Mientras tanto
este conjuro que mira y siembra
futuro.
Tus manos son mi caricia,
tu boca que es tuya y mía
sabe gritar rebeldía.
Cuando respiras me hieres,
tus ojos son mi conjuro.
Cuando me miras me matas...
Tú has conseguido mi alma,
mi cómplice
y todo.
¡Y qué exploten los jazmines!
Y por tu rostro sincero
somos mucho más que dos.
Cuando me miras, tu boca
no se equivoca. 
En la tarde caída
ponte color de amor.
Por mi parte te ofrezco mi infancia
y su perfume.
¡Qué exploten los jazmines!
Todo lo has ganado.

Para esta profe, la editora, realmente obras de arte. Claro que como son chiquitos, en la puesta en común casi que no se animaron a hablar, y tuvieron que explicar las maestras (Daniela y Noelia):


domingo, 1 de septiembre de 2013

Cuentito sobre el tiempo: y es el último

El tiempo no dura siempre lo mismo. 
Puede que el presente se cambie en pasado y el futuro, en presente. Eso nadie lo sabe, sólo el farmacéutico Coria lo sabe, es el único que se da cuenta del tiempo.
Coria, en sus sueños, ve al tiempo y viaja en él y mira cómo va cambiando y lo que sucede desde siempre y para siempre. Pero, al despertar, se confunde con la realidad y la gente lo empieza a mirar extraño...
Entonces, un día, una joven se le acerca y le pregunta qué le pasa y él le cuenta:
El tiempo no dura siempre lo mismo.. 
Ella le responde que no es así, que todos los días tienen veinticuatro horas. Como a Coria le gusta la joven, acepta lo que dice. Por eso cae en la realidad y el tiempo vuelve a ser mismo, el tiempo que miden los relojes.

Más cuentitos sobre el tiempo

Más ideas:
El tiempo no dura siempre lo mismo. El que no me crea que se lo pregunte a un farmacéutico de apellido Coria, que vive en Rosario. Y eso no es todo: el presente puede empalmar, en cualquier descuido, con el pasado y, a lo mejor, con el futuro.
Lo sé porque Coria me contó que él se había acostado a dormir como todas las noches pero, cuando se despertó, descubrió asombrado que estaba en el pasado. Comenzó a ver todo lo que había hecho, se sintió muuuuy mareado, se desmayó y, cuando despertó, vio cómo era el futuro. Vio todas las cosas lindas que le iban a pasar (por ejemplo que iba a tener un hijo). Se emocionó y se durmió. Cuando se despertó,  corroboró feliz que estaba en su cama de siempre, le contó lo sucedido a su mujer y desayunaron muy contentos los dos.

Cuentos sobre el tiempo

Sobre el mismo comienzo, los chicos de 3 "B" pensamos varios finales. Acá van algunas de nuestras ideas:

El tiempo que se perdió.
El tiempo no dura siempre lo mismo. Una noche puede ser más corta o más larga que otra noche de igual número de horas. El que no me crea, que se lo pregunte a un farmacéutico de apellido Coria, que vive en Rosario. Y eso no es todo: el presente pude empalmar, en cualquier descuido, con el pasado y, a lo mejor, con el futuro.
Eso dije hace años a la gente de toda la ciudad y, en seguida, ellos fueron a preguntarle al farmacéutico. Pero cuando llegaron Pepe y Majo no lo encontraron por ningún lugar. Volvieron al otro día, que en realidad era ayer, y tampoco lo encontraron.

Pasaron tres días y regresaron allí. Fue de repente que apreció detrás de un árbol, rápidamente los chicos le preguntaron:
- ¿Qué pasó?

El farmacéutico sólo respondió que el aire se lo había llevado hacía unos minutos y que, de pronto, lo había traído de vuelta.
Desde ese momento, Coria quedó mudo. Jamás nadie pudo preguntarle de nuevo qué fue lo que en verdad pasó aquel extraño día, que en realidad es hoy.
 El viaje al pasado.
El tiempo no dura siempre lo mismo. Una noche puede ser más corta o más larga que otra noche de igual número de horas. El que no me crea, que se lo pregunte a un farmacéutico de apellido Coria, que vive en Rosario. Y eso no es todo: el presente puede empalmar, en cualquier destino, con el pasado y, a lo mejor, con el futuro.
Yo lo sé porque, cuando fui de visita a la casa de mis abuelos, en Rosario, acompañé a mi abuelita a comprar un remedio a la farmacia de turno.
Era de noche. Coria, el farmacéutico, me contó que, mientras él dormía, podía viajar en el tiempo; que cuando despertaba, estaba ya en el pasado. Él no entendía nada, quería volver al presente pero no podía. Por suerte se le ocurrió una idea que era reparar, en el pasado, su futuro e impedir que ocurriera la noche de su primer viaje. Así lo hizo. A la mañana siguiente, despertó y estaba en el presente otra vez. Pero desde entonces tuvo miedo de que le volviera a pasar.
Por eso trabaja de noche en las farmacias de turno y le cuenta, a quien pregunta, lo que le pasó aquella noche.
La farmacia de turno.
El tiempo no dura siempre lo mismo. El que no me crea que se lo pregunte a un farmacéutico de apellido Coria, que vive en Rosario. Y eso no es todo: el presente puede empalmar, en cualquier descuido, con el pasado y, a lo mejor, con el futuro.
En serio. Una vez sentado en la farmacia, de tan solo que estaba, Coria se quedó dormido. Llegó el día siguiente y el farmacéutico se despertó por los ruidos de los vehículos y de las personas que iban y venían. Ese día, Coria andaba muy nervioso, preocupado porque todo lo que había soñado que hacía en el pasado sucedía tan cual en el presente. Sí o sí tenía que contarle lo que le pasaba a alguien. Lo tenía que contar.
Pasó una semana, más o menos. Él se sentía muy extraño, pensaba en el pasado y lo que hacía en el pasado, también lo hacía en el presente. Y lo que hacía en el presente, lo hacía también en el futuro. Siempre era lo mismo.
Una tarde decidió ir al psicólogo. El psicólogo Gustavo Quiroga le dijo que se quede tranquilo, que era una ilusión de su mente. Le dio unas pastillas y lo mandó a su casa, a dormir. Esa noche soñó que estaba sentado en la farmacia y, de tan solo que estaba, se quedaba dormido.