El tiempo no dura
siempre lo mismo.
Puede que el
presente se cambie en pasado y el futuro, en
presente. Eso nadie lo sabe, sólo el farmacéutico Coria lo sabe, es el único
que se da cuenta del tiempo.
Coria, en sus
sueños, ve al tiempo y viaja en él y mira cómo va cambiando y lo que sucede desde siempre y para siempre. Pero, al despertar,
se confunde con la realidad y la gente lo empieza a mirar extraño...
Entonces, un día, una joven se le acerca y le
pregunta qué le pasa y él le cuenta:
El tiempo no
dura siempre lo mismo..
Ella le responde que no es así, que todos los días tienen veinticuatro horas. Como a
Coria le gusta la joven, acepta lo que dice. Por eso
cae en la realidad y el tiempo vuelve a ser mismo, el tiempo que miden los relojes.
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