El objetivo de las propuestas para tercero era profundizar sus conocimientos sobre los microcuentos. Las docentes responsables fueron Natalia (tutora) y Vanesa (biología), acompañadas por el preceptor Marcelo.
En un primer momento, se les propuso formar grupos de 5/7 personas y escribir microcuentos usando solamente palabras que empezaran con las iniciales de sus nombres. Por ejemplo: Si el grupo hubiera estado integrado por Juan, María, Camila, Romina y Nahuel, la historia podría haber empezado así: “Mi muela rodó cuando mordí jamones, nunca más morderé cerdos…”. Aquí van dos relatos inventados por los chicos, un poco extraños:
El amigo (escrito por Agustín, Emilio, Micaela, Jose, Lorena, Santi y Mayra)
Salió el amigo a mirar las estrellas a medianoche. Jamás apareció el amigo en el lugar esperado.
El funeral (escrito por Alan, Francisco, Gabriel, Luciana, Milagros y Roger)
Antes moscas fucsias rondaban nutrias incas. Gordas y ridículas nunca llegaron al fantasioso funeral de la iguana loca. La foca intrusa apartó el auto marrón del garaje gris. Allí se armó la guerra de lechugas azules, gatos aburridos y ratas negras. Finalmente feas morsas muy rotas se incluyeron en la guerra, ganaron y se llevaron legumbres mugrientas de regalo.
Luego se les invitó a leer las siguientes microhistorias:
Ellos debían seleccionar una y escribir, a partir de la misma, otro final. Aquí transcribo algunos de los resultados:
De Pequeños Cuerpos
Los niños entraron a la casa y destrozaron las jaulas. La mujer encontró los cuerpos muertos y enloqueció. Los pájaros no regresaron, luego de que el hombre disparó hacia los cuerpos de los niños, porque el susto fue muy grande.
La mujer empezó a gritar el nombre de los niños, después los alzó y corroboró que estaban muertos. En un suspiro dijo: "Esto no es verdad" y soltando los cuerpos fue a buscar al hombre dispuesta a matarlo. Lo encontró y lo arrastró hasta el lugar donde estaban los cuerpos. Pero al llegar allí descubrió que habían desaparecido.
De Sola y su Alma
Una mujer está sentada sola en su casa. Sabe que no hay nadie más en el mundo: todos los otros seres han muerto.
Golpean la puerta. Ella duda y no sabe si abrir o solo esperar. Al cabo de unos minutos, toma coraje y se enfila hacia la puerta. Se sorprende mucho al ver que del otro lado del umbral se encuentra la nada misma. Piensa que tal vez el sonido fue el producto de su imaginación. Pero, al darse vuelta, su alma está ahí, contemplándola.
Al fin y al cabo comprende que en ese solitario lugar solo quedan ella y su alma y que lo único que la mantiene en pie son sus recuerdos.
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