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miércoles, 1 de octubre de 2014

Maratón 2013: Jorge y Diamela

Por su parte, los chicos de 3 B leyeron, modificaron e interpretaron (con la ayuda de otros compañeros) la clásica obra de Williams Shakespeare: Romeo y Julieta. Claro que, como tanta angustia no los convencía del todo, le dieron un tono más humorístico. El resultado fue el siguiente:

martes, 22 de julio de 2014

Jornada - Tercero

El objetivo de las propuestas para tercero era profundizar sus conocimientos sobre los microcuentos. Las docentes responsables fueron Natalia (tutora) y Vanesa (biología), acompañadas por el preceptor Marcelo.
En un primer momento, se les propuso formar grupos de 5/7 personas y escribir microcuentos usando solamente palabras que empezaran con las iniciales de sus  nombres. Por ejemplo: Si el grupo hubiera estado integrado por Juan, María, Camila, Romina y Nahuel, la historia podría haber empezado así: “Mi muela rodó cuando mordí jamones, nunca más morderé cerdos…”. Aquí van dos relatos inventados por los chicos, un poco extraños:

El amigo (escrito por Agustín, Emilio, Micaela, Jose, Lorena, Santi y Mayra)
Salió el amigo a mirar las estrellas a medianoche. Jamás apareció el amigo en el lugar esperado.

El funeral (escrito por Alan, Francisco, Gabriel, Luciana, Milagros y Roger)
Antes moscas fucsias rondaban nutrias incas. Gordas y ridículas nunca llegaron al fantasioso funeral de la iguana loca. La foca intrusa apartó el auto marrón del garaje gris. Allí se armó la guerra de lechugas azules, gatos aburridos y ratas negras. Finalmente feas morsas muy rotas se incluyeron en la guerra, ganaron y se llevaron legumbres mugrientas de regalo.

Luego se les invitó a leer las siguientes microhistorias: 




Ellos debían seleccionar una y escribir, a partir de la misma, otro final. Aquí transcribo algunos de los resultados:

De Pequeños Cuerpos
Los niños entraron a la casa y destrozaron las jaulas. La mujer encontró los cuerpos muertos y enloqueció. Los pájaros no regresaron, luego de que el hombre disparó hacia los cuerpos de los niños, porque el susto fue muy grande.
La mujer empezó a gritar el nombre de los niños, después los alzó y corroboró que estaban muertos. En un suspiro dijo: "Esto no es verdad" y soltando los cuerpos fue a buscar al hombre dispuesta a matarlo. Lo encontró y lo arrastró hasta el lugar donde estaban los cuerpos. Pero al llegar allí descubrió que habían desaparecido.

De Sola y su Alma


Una mujer está sentada sola en su casa. Sabe que no hay nadie más en el mundo: todos los otros seres han muerto. 
Golpean la puerta. Ella duda y no sabe si abrir o solo esperar. Al cabo de unos minutos, toma coraje y se enfila hacia la puerta. Se sorprende mucho al ver que del otro lado del umbral se encuentra la nada misma. Piensa que tal vez el sonido fue el producto de su imaginación. Pero, al darse vuelta, su alma está ahí, contemplándola.
Al fin y al cabo comprende que en ese solitario lugar solo quedan ella y su alma y que lo único que la mantiene en pie son sus recuerdos. 

domingo, 1 de septiembre de 2013

Cuentito sobre el tiempo: y es el último

El tiempo no dura siempre lo mismo. 
Puede que el presente se cambie en pasado y el futuro, en presente. Eso nadie lo sabe, sólo el farmacéutico Coria lo sabe, es el único que se da cuenta del tiempo.
Coria, en sus sueños, ve al tiempo y viaja en él y mira cómo va cambiando y lo que sucede desde siempre y para siempre. Pero, al despertar, se confunde con la realidad y la gente lo empieza a mirar extraño...
Entonces, un día, una joven se le acerca y le pregunta qué le pasa y él le cuenta:
El tiempo no dura siempre lo mismo.. 
Ella le responde que no es así, que todos los días tienen veinticuatro horas. Como a Coria le gusta la joven, acepta lo que dice. Por eso cae en la realidad y el tiempo vuelve a ser mismo, el tiempo que miden los relojes.

Más cuentitos sobre el tiempo

Más ideas:
El tiempo no dura siempre lo mismo. El que no me crea que se lo pregunte a un farmacéutico de apellido Coria, que vive en Rosario. Y eso no es todo: el presente puede empalmar, en cualquier descuido, con el pasado y, a lo mejor, con el futuro.
Lo sé porque Coria me contó que él se había acostado a dormir como todas las noches pero, cuando se despertó, descubrió asombrado que estaba en el pasado. Comenzó a ver todo lo que había hecho, se sintió muuuuy mareado, se desmayó y, cuando despertó, vio cómo era el futuro. Vio todas las cosas lindas que le iban a pasar (por ejemplo que iba a tener un hijo). Se emocionó y se durmió. Cuando se despertó,  corroboró feliz que estaba en su cama de siempre, le contó lo sucedido a su mujer y desayunaron muy contentos los dos.

Cuentos sobre el tiempo

Sobre el mismo comienzo, los chicos de 3 "B" pensamos varios finales. Acá van algunas de nuestras ideas:

El tiempo que se perdió.
El tiempo no dura siempre lo mismo. Una noche puede ser más corta o más larga que otra noche de igual número de horas. El que no me crea, que se lo pregunte a un farmacéutico de apellido Coria, que vive en Rosario. Y eso no es todo: el presente pude empalmar, en cualquier descuido, con el pasado y, a lo mejor, con el futuro.
Eso dije hace años a la gente de toda la ciudad y, en seguida, ellos fueron a preguntarle al farmacéutico. Pero cuando llegaron Pepe y Majo no lo encontraron por ningún lugar. Volvieron al otro día, que en realidad era ayer, y tampoco lo encontraron.

Pasaron tres días y regresaron allí. Fue de repente que apreció detrás de un árbol, rápidamente los chicos le preguntaron:
- ¿Qué pasó?

El farmacéutico sólo respondió que el aire se lo había llevado hacía unos minutos y que, de pronto, lo había traído de vuelta.
Desde ese momento, Coria quedó mudo. Jamás nadie pudo preguntarle de nuevo qué fue lo que en verdad pasó aquel extraño día, que en realidad es hoy.
 El viaje al pasado.
El tiempo no dura siempre lo mismo. Una noche puede ser más corta o más larga que otra noche de igual número de horas. El que no me crea, que se lo pregunte a un farmacéutico de apellido Coria, que vive en Rosario. Y eso no es todo: el presente puede empalmar, en cualquier destino, con el pasado y, a lo mejor, con el futuro.
Yo lo sé porque, cuando fui de visita a la casa de mis abuelos, en Rosario, acompañé a mi abuelita a comprar un remedio a la farmacia de turno.
Era de noche. Coria, el farmacéutico, me contó que, mientras él dormía, podía viajar en el tiempo; que cuando despertaba, estaba ya en el pasado. Él no entendía nada, quería volver al presente pero no podía. Por suerte se le ocurrió una idea que era reparar, en el pasado, su futuro e impedir que ocurriera la noche de su primer viaje. Así lo hizo. A la mañana siguiente, despertó y estaba en el presente otra vez. Pero desde entonces tuvo miedo de que le volviera a pasar.
Por eso trabaja de noche en las farmacias de turno y le cuenta, a quien pregunta, lo que le pasó aquella noche.
La farmacia de turno.
El tiempo no dura siempre lo mismo. El que no me crea que se lo pregunte a un farmacéutico de apellido Coria, que vive en Rosario. Y eso no es todo: el presente puede empalmar, en cualquier descuido, con el pasado y, a lo mejor, con el futuro.
En serio. Una vez sentado en la farmacia, de tan solo que estaba, Coria se quedó dormido. Llegó el día siguiente y el farmacéutico se despertó por los ruidos de los vehículos y de las personas que iban y venían. Ese día, Coria andaba muy nervioso, preocupado porque todo lo que había soñado que hacía en el pasado sucedía tan cual en el presente. Sí o sí tenía que contarle lo que le pasaba a alguien. Lo tenía que contar.
Pasó una semana, más o menos. Él se sentía muy extraño, pensaba en el pasado y lo que hacía en el pasado, también lo hacía en el presente. Y lo que hacía en el presente, lo hacía también en el futuro. Siempre era lo mismo.
Una tarde decidió ir al psicólogo. El psicólogo Gustavo Quiroga le dijo que se quede tranquilo, que era una ilusión de su mente. Le dio unas pastillas y lo mandó a su casa, a dormir. Esa noche soñó que estaba sentado en la farmacia y, de tan solo que estaba, se quedaba dormido.

martes, 13 de noviembre de 2012


Este año, en la materia de lengua, leí un libro llamado No es justo, escrito por Sally Nicholls, escritora inglesa.
El libro trata de un niño de 11 años, que padece de leucemia, a pesar de esto, él logra cumplir sueños y metas antes de su muerte.
Me gustó mucho y lo recomiendo porque, a pesar de ser un libro triste, deja una enseñanza muy grande de cómo uno mismo tiene que valorar la vida; nos enseña que hay mejores cosas que la fama y el dinero, que el amor, la amistad y la esperanza son más importantes, y es eso lo que vale hoy en día. Nos muestra la otra cara de la vida, la de los pobres o enfermos, nos muestra la fuerza de voluntad que tienen algunas personas, y que si soñamos con hacer o tener algo, lo podemos lograr, porque no importa si sos pobre o rico, feo o lindo, si estás enfermo o no, todo se puede conseguir con un poquito de esfuerzo y esperanzas.
Una de las partes que más me llamo la atención fue cuando su mejor amigo falleció. El amor que tenia este niño hacia él era muy grande, a pesar de las diferencias que mantenían; eso nos indica que no importa quién este a tu lado, nunca hay que discriminar, porque esa persona que hoy dejás de lado por ser diferente puede llegar a ser la que más te entiende.
En sí, lo que nos enseña es que todos tenemos una vida por vivir, que hay que valorarla y quererla como nos tocó, que nunca hay que decir “tengo una vida de porquería” porque no es así. Siempre tenemos que recordar que hay personas que están en estados peores, que la peleíta con tu amiga no es nada, que la enfermedad mortal que tiene otra persona es más grave e importante. ESTE LIBRO TE AYUDA A ABRIR LOS OJOS.  VOS TAMBIÉN PODES CUMPLIR TUS SUEÑOS!
Sobre este libro también hay una película, les dejo el trailer para que lo vean:



Escrito por: Lorenz Ludmila, 3° B