Los selenitas, extraterrestres, bajan mutuamente a la tierra, pero sólo sus cabezas.
Un día, decidieron bajar sin precaución.
Fueron vistos por dos niños, los cuales fueron corriendo a sus casas para contar lo sucedido.
Luego de un rato, el barrio se enteró de la noticia. Pero nadie les creía a los niños. Decidieron llevar a todo el barrio al lugar donde habían visto a los selenistas.
Cuando todos llegaron, los selenitas se habían ido.
- ¡Qué mal! - dijo uno de los niños
Afligidos por no poder verlos, decidieron seguir jugando. Mientras los niños jugaban, los selenitas decidieron volver al espacio, su hogar.
Desde ese día no volvieron a bajar.
Los niños aún esperan su regreso.
Por Paula González, de 2 A
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