Con los chicos de cuarto año quisimos relacionar la literatura con los restantes lenguajes artísticos porque, sin duda alguna, observar una pintura o escuchar atentamente una melodía son también modos de leer. Las profes responsables de las actividades fueron, por lo tanto, Daniela (música), Alejandra y Adriana (plástica).
La primer propuesta comenzó con la observación de distintos retratos. La idea era analizar en ellos la luz, los colores, los trazos utilizados... A la hora de tomar lápiz, se le propuso a los estudiantes que personificaran la escuela a partir de los sentimientos y pensamientos que ella les provocaba. Estos son algunos retratos de la Pascual (tal como se la imaginan sus alumnos):
Luego, se les propuso crear paisajes sonoros. Las palabras y los sonidos están en el mundo, producidos por el hombre, la naturaleza misma y la vida urbana o rural. Hay determinados sonidos que dejan huellas: un miedo, una sorpresa, una alegría, pueden ser activados por sonidos o ruidos. Teniendo en cuenta esto, junto a la profesora de música, los chicos comenzaron a grabar en la escuela efectos sonoros significativos. Finalmente, diseñaron con ellos una historia.
Lo triste fue que, a la hora de la puesta en común, no pudimos escuchar el producto de sus esfuerzos, aún no sé bien por qué problema de incompatibilidad entre el formato grabado de los sonidos y el reproductor.
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