Este año a los chicos de segundo nos llegaron las compus. Para aprender a usarlas empezamos compilando mitos. E ilustrando. Acá va el primero:
El Origen del Mundo y de los Hombres
(mito pipil)
La tierra rodaba en el espacio, zumbaba en el silencio. La noche se agrandaba en los contornos de las cosas. Todo era negro, negra la tierra y negro el cielo. El frío se extendía en las frías cavernas de la nada. Era el vacio. La muerte estaba echada sobre el mundo. Nada volaba, nada flotaba, nada calentaba. Ni ríos, ni valles, ni montañas. Sólo estaba el mar.
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Un día, Teotl (fuerza primera, dios del universo) frotó dos varitas de achiote y produjo el fuego. Con las manos regaba puñados de chispas que se esparcían por el vacío formando las estrellas. El misterio se poblaba de puntos de luz. De pronto, en lo más alto del cielo, surgió Teopantli (el reformador, que regula el cielo y la tierra). Surgió sonriente, envuelto en una cascada de luz. Teotl lanzó el último puñado de fuego que, allá abajo, se condensó en un témpano de luz: ese fue Tonal (el buen padre sol).
Pero entre el ruido de los capullos de la vida que reventaban, de los muros que engolfaban sus órbitas, de las explosiones de la luz, Teopantli lloró. Y su lágrima rodó hasta quedar suspendida. Se hizo blanca y giró. Esa fue Metzti (la buena madre luna). Por eso es triste.
Metzti proyectó su luz sobre la tierra y vio que ésta ya no estaba vacía. Los mares se rompían sobre las costas. Había montañas y barrancos. Sobre las cumbres peladas rugían fieras. Su luz pálida iluminó un combate de leones. En las charcas y entre las lianas corrían las lagartijas. Los ríos se retorcían como culebras blancas. La vida cantaba.
Después fue creado el hombre, nacido del coágulo de un nopal, se enfangó dando origen a una casta de hombres malos que indignaron al creador. Se desató sobre ellos una furiosa lluvia y el huracán silbaba quebrando las montañas. Todos murieron, a excepción de Coscotágat y Tlacatixitl (nuestros padres). Desde entonces la humanidad se ha ido perfeccionando, poco a poco.
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